La comunicación interna ya no trata solo de comunicar el propósito, la estrategia y los valores, aunque sigan siendo la prioridad en las organizaciones de todo tipo.
Los profesionales de la comunicación se están involucrando en una serie de desafíos mucho más amplios, y en un abanico de temas que requieren su propia narrativa y comunicaciones de apoyo. Esto requiere un enfoque estratégico para involucrar a los empleados, utilizando los canales adecuados en los momentos oportunos, y así poder lograr un impacto.
Y esto, ¿qué implica?
- Reducir la sobrecarga de información de los empleados. Tenemos que enfocarnos en minimizar el ruido y crear claridad con
una personalización precisa, lo que que favorece el compromiso de los
empleados.
- Aprovechar el poder del análisis y la medición. De este modo, sabremos qué está funcionando, cuáles son las preferencias de nuestros empleados.
- Desarrollar redes efectivas de “influencers” de comunicación, a través de grupos de trabajo y, sobre todo, de programas de embajadores creados para tal fin. De esta forma podemos alinear a las personas y los objetivos de negocio para fomentar la pertenencia y el propósito en todos los lugares donde la organización está presente.
Del mismo modo, no podemos olvidarnos de unir las experiencias digitales y físicas de los empleados a la hora de organizar las comunicaciones en diferentes canales, sobre todo ahora, que trabajamos tanto presencialmente, como en remoto y en modo híbrido.
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