¿Sabes gestionar correctamente tus redes sociales?


Las redes sociales contribuyen a fomentar las relaciones y el conocimiento a través de Internet. Para las empresas, se abre un gran abanico de posibilidades: definir una estrategia social media, elaborar un blog corporativo, diseñar un calendario editorial, redactar artículos y posts y hacer un seguimiento de las interacciones y el engagement. Para el usuario es también muy positivo, siempre y cuando sea consciente de que muchos datos e información personal estarán accesibles en la red.

1.    El número de teléfono. Es recomendable facilitar este dato de forma privada, siempre a conocidos, especialmente si no se desea recibir spam o llamadas comerciales. También , algunas redes sociales comparten cierta información con terceros.

2.    Localización: Algunas plataformas como FourSquare, Twitter, Facebook, Instagram tienen servicios de localización. Allá donde esté el usuario, su dispositivo móvil puede servir como localizador GPS e informar al mundo entero de su ubicación. En este caso, si llegan solicitudes de amistad de desconocidos, es mejor ignorarlas.

3.    La cara: Las redes sociales, que además ahora son capaces de definir un rostro,  están llenas de imágenes. Una rápida búsqueda en Google puede mostrar una foto  personal. Hay que tenerlo presente  si no se desea que se vea o use ese tipo de fotos.  

4.    Gustos e intereses: Cuando se comparte o recomienda algo, se está facilitando mucha información sobre los gustos e intereses. Lo más habitual es que las empresas usen esta información para conocer a su target pero, en algún caso, también se puede  usar  con otros propósitos. También hay que ser cautos a la hora de mostrar la  ideología política y religiosa. 

5.    Red de contactos. Algunas redes sociales permiten ocultar la lista de amigos. En ciertas ocasiones puede ser buena idea hacerlo para evitar que se saquen conclusiones erróneas basadas en las amistades.


Son muchas las ventajas que tienen las redes sociales, pero hay que saber gestionarlas adecuadamente: controlar la configuración de privacidad, conocer las cláusulas y usar el sentido común son prácticas muy recomendables.  

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