La exigencia en el mundo del marketing y la comunicación cada vez es mayor. Son muchos profesionales los que buscan trabajo en estos campos, y es fácil ver que, cuando sale una oferta de trabajo, se apuntan cientos de candidatos en menos de 24h.
También es habitual observar la cantidad de requisitos que piden la empresas, sobre todo las pequeñas y medianas. Buscan candidatos que dominen todas las disciplinas del marketing y de la comunicación, dos áreas que en la grandes multinacionales están separadas aunque integradas dentro de la estrategia empresarial, y que en las universidades están bien diferenciadas por licenciaturas o grados. Y buscan también profesionales que no existen. Porque ser un profesional del marketing digital no equivale a tener un grado en ingeniería informática ni al dominio de la programación web. Del mismo modo que un titulado universitario en Publicidad y Relaciones Públicas no tiene por qué ser un diseñador gráfico de primera, aunque controle Indesign o Photoshop.
Este es el artículo de Puro Marketing que nos ha motivado a redactar este post. Y también el gran desconocimiento que he encontrado en muchas empresas sobre esta profesión, especialmente por parte de aquellos que han estudiado otras disciplinas o simplemente no han estudiado nada. Pero piden y exigen todo. Buscan un Leonardo da Vinci contemporáneo, un genio único del que se espera lo que no se puede obtener. Porque si de verdad ese portento existe, ya estará trabajando para una gran multinacional o por su cuenta, por cantidades de 6 cifras como mínimo.
Así que antes de contratar un profesional del marketing o la comunicación, es recomendable informarse bien para no crearse falsas expectativas y tener muy claro qué es lo que se busca y para qué. Luego nos encontramos con empresas y clientes que no saben lo que quieren, carentes de estrategia y rumbo definido. Entonces vienen las decepciones y frustraciones. Para nosotros está claro que alguien no dio la talla, no estuvo a la altura. Y desde luego ese no fue el profesional de marketing y la comunicación.
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