¿Nos va bien por ser positivos o somos positivos porque nos va bien?
En la comunicación es así fomentamos el pensamiento positivo, pero basado en un optimismo realista, no idealista.
Cuando una persona está atravesando una mala racha, pensar siempre en positivo y obligarse a estar contento todos los días supone una carga adicional que muchas veces resulta muy difícil de llevar. Es más, puede hacerle sentir culpable por no conseguir sus objetivos.
¿Todo el mundo tiene problemas? Sí, todo el mundo tiene problemas pero no de la misma gravedad. Es lo mismo que ocurre con una enfermedad: un simple resfriado o la rotura de un brazo no es comparable con un problema cardiológico severo u otro tipo de enfermedades crónicas y terminales.
No obstante, hay situaciones donde, en la medida de lo posible, hay que tratar de mostrar la mejor cara: en el trabajo, en una entrevista laboral, con los amigos y la familia. Ser optimista, en principio, tiene más ventajas, pero siempre manteniendo los pies sobre la tierra.
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