Contar historias es una de las formas más efectivas de comunicar. Tanto a la hora de realizar una presentación ante un auditorio multitudinario como de elaborar material para nuestra estrategia de marketing de contenidos, la narración o storytelling es un arma excelente para dar a conocer nuestro punto de vista, crear marca y, además, captar la atención de la audiencia. Los datos, los números y las cifras son más fáciles de olvidar. Las buenas historias llegan al corazón.
Desde niños, nos han contado cuentos y hemos prestado la máxima atención. Recordamos el argumento, el nombre de sus protagonistas y villanos, aparte de otra serie de detalles y curiosidades. Para la gente que nos escucha o nos lee, una historia bien contada atrae de principio a fin.
La comunicación es así: somos personas y nos relacionamos con personas. Si de lo que se trata es de inspirar y motivar a los demás a través de las redes sociales, blogs o presentaciones en público, la mejor manera de hacerlo es hablando de logros a través de historias y cuentos. La narración es la clave para conseguir el compromiso de los empleados durante procesos de gestión del cambio y comunicar mensajes internos fáciles de entender y recordar. Se trata de captar la esencia de los hechos y transformarlos en una historia. Para hacerlo, primero hay que describir la situación, después las medidas adoptadas que equivaldrían al nudo y, finalmente, el desenlace explicando los resultados.
Los cuentos ayudan a conectar con las emociones del público. Las historias son ilustrativas y permiten crear lazos emocionales más fuertes con los clientes, empleados y público en general. El hecho de de compartir historias personales, profesionales o de otra índole facilita la posibilidad de construir relaciones de confianza e inspirar a la audiencia hacia caminos y resultados deseados.
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